Una
de las cosas que una y otra vez nos repiten los profesores cuando entramos a la
clase de Historia, ya sea en secundaria o en preparatoria, nos encontramos que
la forma en la que podemos acercarnos al pasado es a través de distintas
fuentes entre las que destacan los documentos escritos.
El historiador es como un detective. Ve los testimonios, analiza, contrasta, compara e interpreta. |
Estos
documentos no son más que testigos de los acontecimientos. Sin embargo, muchas
veces nos encontramos con testimonios que se contradicen abiertamente sobre un
mismo acontecimiento. Lo que sin duda deja una preocupación en el estudiante
que busca acercarse al pasado y se encuentra con este conflicto en donde no se
sabe cuál de los dos es la verdad.
El
estudiante entonces, tiene que comprender que, al acercarse al pasado y, por
consiguiente, a los testimonios se encontrara con estas contradicciones que lo
que dejan ver son interpretaciones, justificaciones, discursos construidos que
no necesariamente son verdad, pero tampoco quiere decir que sean mentiras. Son construcciones
humanas, complejas, pero que buscan ser comprendidas.
Para
poder sacar al estudiante de esta crisis donde los documentos se contradicen,
se debe de enseñar que los testimonios se pueden contrastar y comparar. Se les
puede analizar.
La
duda, será la principal herramienta que nos ayude a dilucidar y ver que tan
cierto es uno u otro de esos testimonio. Es decir, la duda ayuda a ser críticos
del documento. Con esto buscamos que reflexione que motivos pudo haber causado
que el discurso o testimonio dijera lo que dijo, las intenciones y la manera en
la que transmite ese discurso.
Es pues enseñarle a comentar un texto.
Es pues enseñarle a comentar un texto.
En
algunas ocasiones se nos olvida que los personajes históricos también son
humanos, y que como tales podemos comprenderlos. La experiencia aquí será
fundamental, ya que el estudiante a partir de lo que ha vivido puede encontrar
ciertos paralelismos o diferencias con su pasado. Esto lo lleva a no sentirse
ajeno y que logre así cuestionarse, y a la vez genere también ese deseo de poder
responder. Esto lo logra gracias a una investigación que, a manera de
detective, el alumno puede hacer. Con esto se va acercando al pasado, y por
consiguiente, al quehacer del detective del pasado, es decir, del historiador.
Por
consiguiente, uno como profesor tiene que ser consciente de como el alumno
puede acercarse, desde su presente, a los acontecimientos históricos, y a su
vez como puede contrastarlos e interpretarlos.
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