lunes, 12 de agosto de 2013

¿Cómo obtener promedios con Hoja de calculo?

En algunas ocasiones el historiador, cuando se le presenta una serie de datos y estadísticas en las que se requiere cierto cálculo, suele bromear al decir “¿Matemáticas? Si por eso estudio Historia”, dando a demostrar su poco o nulo gusto por las mismas.
Sin embargo, es bien sabido que en la labor de la reconstrucción del pasado, quizás como una herencia positivista, se necesita de los datos duros con los cuales se puedan hacer comparaciones y análisis que nos acerquen mas al tema estudiado.  Para dicha tarea sin duda la tecnología se ha hecho casi indispensable. Ejemplo de ello es el uso de la calculadora, las tablas, las gráficas. La hoja de calculo será la herramienta que nos ayudara a realizar este tipo de labores.
Paso 1. En un documento nuevo de hoja de calculo formaremos la tabla de promedios. A partir del cuadro 2B a manera de columna (3B, 4B, 5B, 6B…etc.) se coloca la base X, por ejemplo nombres: Hugo, Paco. A manera de fila igualmente a partir del cuadro 2B (2C, 2D, 2E, 2F…etc.), se colocaran las variantes Y, como la edad. 
Ejemplo:

2B. X/Y
2C. Edad
3B. Hugo.
4B. Paco

Paso 2. Se vacían a continuación las cantidades o los datos de estas. Paso 3. Dos recuadros debajo de la columna de Y se coloca la formula “=PROMEDIO”, y se sombrea la columna con las cifras. Así se obtiene el promedio de los datos vaciados en el cuadro. De igual forma, si hay otra columna, se hace el mismo procedimiento.


  Ejemplo: Una tabla con el promedio de la población de 1895, y de 1900 en el Distrito Federal.
1895
1900
Ciudad de México
344377
359927
Guadalupe Hidalgo: Guadalupe y Azcapotzalco
16871
35817
Tacubaya: Tacuba, Tacubaya, Mixcoac, Santa Fe y Cuajimalpa
33772
36395
Tlalpan: Coyoacan, Iztapalapa, Ixtacalco, Tlalpan y San Ängel
47363
48729
Xochimilco: Hastabuscan, Tlaltenco, Xochimilco, Tláhuac, Tuyehualco, Mixquie,Milpa Alta, San Pedro Actopan y San Pablo Ototepec.
39729
52582
Promedio:
96422.4
106690

Al comparar este tipo de datos podemos ver el promedio de crecimiento  en el Distrito Federal al finalizar el siglo XIX. Lo que nos ayuda a comprender este cambio urbanístico que en ese momento histórico tiene lugar en el centro del país en la época del Porfiriato, lo que llevo a cambios de la estructura, construcciones
de bienes de servicio,  construcción de edificios y, como algunos
autores dirán,embellecimiento de la ciudad con la que se plantea el
discurso de un gobierno fuerte, lleno de progreso.


Fuentes:


Mac Gregor, Josefina. “De cómo la Ciudad de México paso del siglo XIX al VV sin demasiados temores y con gran optimismo” en Manuel Ramos, comp., Historia de la Ciudad de México en los fines del siglo (XV-XX), México, Centro de Estudios sobre la Universidad, UNAM, 1988.

miércoles, 7 de agosto de 2013

El uso de las Tic's en la Historia.

Constantemente se ha escuchado en los salones de clase que las tareas fundamentales del historiador son exclusivamente dos: leer y escribir. Tarea para la cual es indispensable el uso de herramientas como los libros y las plumas. Sin embargo, los tiempos modernos en los que se vive, ha hecho que las herramientas con las que trabaja el historiador se modifiquen, pasando del lápiz o pluma a la máquina de escribir, y poco después a la computadora. Mientras que los libros, documentos, mapas, entre otros ahora pueden ser más fáciles de localizar y tener a la mano de manera electrónica y no impresa como se acostumbraba cuando la Historia entro en la Academia.  
Cabe mencionar que esta tecnología ha sido aprovechada por otras disciplinas, como la medicina, la química o la ingeniería, en la que es indispensable para la práctica. Cuentan así con laboratorios de cuerpos automatizados, por ejemplo. Cierto es que en la labor del historiador, a pesar de haber cambiado la máquina de escribir por la computadora, este, la ha seguido usando de igual forma que si fuera una máquina de escribir. Olvidándose así de la gran gama de posibilidades que la tecnología puede brindar, no solo a disciplinas que se conocen como practicas, sino a nuestra propia carrera que, por años,  ha sido caracterizada como una materia netamente teórica, con poca o nula practica. 
Los historiadores se han olvidado entonces que la tecnología no solo es una herramienta de trabajo, sino que además puede ser un factor importante para la enseñanza y el aprendizaje, así como también la difusión de nuestra disciplina. La tarea consistiría, con base a la creatividad, el ingenio y la astucia, en encontrar la forma en la que la tecnología se puede adaptar a la historia. Dando lugar a juegos, blogs, páginas web, presentaciones, base de datos, aplicaciones, con las cuales el historiador no solo debe de contar como recurso, sino que debe de ser capaz de crear.